lunes, 18 de noviembre de 2013

"Ser perro en la India", por Dani Jimenez

Aquí os dejo la crónica de un buen amigo mío. Si él me llama Dora la Exploradora, yo a él le llamo Danny Fog. Cuando me contó que se iba a la India hablamos de hacer algo así, y este es el resultado. Tiene muchas más fotos... (como unos chorrocientos gigas... mas o menos) pero le he pedido que os enseñe sólo unas cuantas. 
Mis más sinceras gracias por el esfuerzo y por sus palabras (que no todo el mundo se pone delante de un ordenador y se escribe páginas insustanciales, como yo!). Espero de verdad que disfrutéis y, como a él, os animo a contarme cualquier viaje que hagáis en el que atisbéis la más mínima mijita de la profesión Veterinaria.

Disfrutad!

Me presento.

Me llamo Dani, y puedo presumir de ser amigo de esta Rookie Vet, desde hace ya un tiempo. Soy un asiduo lector de este blog, aunque mi profesión de informático diste bastante de este mundo de la salud animal. Una de mis grandes aficiones es viajar hacer fotografías de todo lo que voy encontrando por mis pequeñas y humildes aventuras.

Os hablaré un poco de como es el día a día de un perro en la India, desde el punto de vista de una persona completamente ajena al mundo de la Veterinaria.

Mi viaje transcurrió por seis grandes ciudades de la India, empezando por la capital, Nueva Delhi, pasando por UdaipurPúshkar, Jaipur, Agra y terminando en Varanasi ciudad por donde pasa el ríGanges. Con un total de unos 3000km recorridos en este viaje durante 12 días, pude comprobar de primera mano como es ser un perro en esta cultura.

Si a una persona le preguntases sobre la fauna de la India, más del 90% te responderán con eso de las vacas por la calle y los monos en los templos, pero lo que la mayoría desconoce (hasta entonces el que escribe estas lineas también), es como son tratados los perros en esta cultura.

Me chocó bastante el gran número de perros callejeros en condiciones deplorables que deambulaban por las calles y el mero hecho de no ver a ningún hindú con un perro por mascota. Mi curiosidad me hizo preguntarle a nuestro guía si esto era normal. Su respuesta fue tajante, lo peor que le puede ocurrir a un hindú, tras la muerte, es reencarnarse en un perro.



Me quedé de piedra, y esto me hizo fijarme más en ellos. Con todos los perros con los que me iba cruzando en mi camino, me transmitían el mismo sentimiento de tristeza que se veía reflejado en sus miradas perdidas.

La gente pasaba a su lado como si no existieran y ellos, acostumbrados al nulo afecto, tampoco buscaban su cariño. En ningún momento, durante todo el viaje, escuche ningún ladrido de perro que yo recuerde, algo que me choca, por ser una cosa de lo más normal en el mundo que vivimos.


Esta fotografía está hecha en las galerías de souvenirs,
dentro del Fuerte Rojo de Nueva Delhi.

Tampoco recuerdo haber visto, durante todo el tiempo que estuve recorriendo la India, algún perro de raza, todos eran prácticamente iguales físicamente, o por lo menos a mi parecer (recordad que no soy experto en la materia).
La gran mayoría de estos perros se encontraban en lugares tranquilos, principalmente monumentos, ya sea por los alimentos que algunos turistas les daban, o para sobrevivir al trafico caótico de la India que te obliga a estar alerta en todo momento.



Estos perros son listos por naturaleza y alguno veras por la carretera, pero no es habitual, ya que como bien dije antes, unos de los problemas de este país, es el nulo control del tráfico en las carreteras y, desgraciadamente, de vez en cuando te encontrabas con algún que otro perro atropellado.

Perro con amputación de una de sus patas, posiblemente
por un atropello

En otras ocasiones te podías encontrar con algunos perros que habían sobrevivido para poder contarlo, aunque con secuelas como en este caso.


Agra

Aquí ya nos encontrábamos en Agra, ciudad que acoge a una de las siete maravillas del mundo, el Taj Mahal, y precisamente en la entrada de este, es donde nuestro amiguete ha decidido descansar pasando desapercibido para todos, menos para mi. En su defensa diré que eran las 5:30 de la mañana.

Último destino del viaje, Varanasi, ciudad de peregrinaje de los hindúes, donde dicen que los ancianos vienen a morir para que sus cuerpos sean quemados en piras funerarias para que sus restos naveguen por siempre en el Ganges.

Varanasi

En uno de los accesos al Ganges, donde los hindúes dan la bienvenida al nuevo día orando y purificándose con sus aguas, es donde estos perros han decidido pasar el rato.

Y, resumiendo, esto es lo que he podido observa relacionado con nuestros amigos de cuatro patas, durante mi viaje a unos de los lugares mas poblados del planeta.
Espero que os haya gustado, como a mi me ha gustado compartirlo con vosotros.

Saludos.

Daniel