martes, 12 de junio de 2012

Medicamentos sí, pero NO para animales

He estado escribiendo todo lo que más o menos ha pasado hasta ahora, y es lo que voy a seguir haciendo, aunque no todo son cosas sean chachis.

Cuando digo que envío decenas de correos a la semana no exagero (ya se verá en las notas el tiempo que he dedicado a los correos, a las llamadas, a recoger medicamentos, a pedir favores... en vez de a los apuntes). Pero aprieto y apechugo. Esto no son unas vacaciones. Me he estado partiendo la cara con medio planeta, he hecho que medio planeta se parta la cara en mi nombre y en nombre de los cientos de perros que se van a beneficiar de mis escasos 5kg de medicamentos, que llevaré con orgullo en mi maleta.

La cuestión es que no todo el mundo levanta las cejas y abre los ojos cuando le cuentas a dónde vas y a qué. Simplemente asienten y pasan a otra cosa. Y creedme, que lo respeto tanto como el que me dice eso de "Con la cantidad de niños que hay muriéndose de hambre y tú a cuidar perritos". Yo no hablo de lo que no sé o, al menos, intento informarme antes. Nadie que me haya escuchado con atención me dirá que voy a "cuidar perritos" sin entender que el fin último de todo esto es dignificar las condiciones de vida del pueblo nepalés.
¿Qué hay otras formas de hacerlo? Por supuesto. ¿Mejores? Seguramente sí. Pero yo soy lo que soy, futura veterinaria, y os aseguro que como tal hago todo lo que está en mi mano y lo mejor que puedo. Y bien sabe cualquiera que me haya visto estos 6 últimos meses que estoy dejándome la salud y las fuerzas en esto.

Lo que quería contar realmente es lo miserablemente ignorado que se siente uno cuando después de mil llamadas y dos mil correos, se cuentan ya tres ONGs de recursos farmacéuticos las que me dicen que no van a cedernos ni un mísero Gelocatil porque la ayuda está destinada a animales... A eso le sumo las otras mil puertas cerradas, los correos sin respuesta y las llamadas sin contestar.

Realmente debería desanimarme y dejarlo. Llevar lo que tengo y conformarnos con eso. Pero no me da la gana. El que quiera entender que entienda y el que no lo entienda, que estudie para llegar a comprender algún día que la Salud Pública es indispensable para la Salud Humana. Que no somos el ombligo del mundo... Que somos ganado, como todos los demás animales y, que sin un control de vectores, reservorios y enfermedades zoonósicas somos un diminuto y ridículo punto en la cadena alimentaria en la que bacterias y virus son los fucker master del Universo. Y a estas señoritas y señores les gusta mucho viajar sobre vehículos con pelo. Que en Occidente una erupción en el culito de un niño es motivo de consulta, pero en los países subdesarrollados lo es una miasis.
Soy (o intento) ser una persona razonable. No les estoy pidiendo analgésicos, anestésicos ni exquisitos placeres de la farmacopea, simplemente cosas útiles, para todos.


Que sí, que la Medicina humana es perfecta como es, individualista. Pero yo no soy médico. Lo repetiré hasta hartarme: Higia pecoris, salus populi - Higiene de los animales, salud del pueblo. Los veterinarios tratamos colectividades y, de paso, le salvamos el culo a la Humanidad. De paso, porque mis pacientes no son humanos. Y a mucha honra y con mucho orgullo me voy a llevar mis 5kg de medicamentos a tratar a ANIMALES. Y me cuentan, muy señores míos, cuando llegue de Nepal si "cuidar perritos" le ha servido de algo o no a las 200 personas que esperamos no mueran de rabia este año, a los miles de niños que no van a estar parasitados y, que c***! A los cientos de perros que no van a morir indignamente olvidados en las calles. Porque sí, me voy a cuidar perros a 8000km de mi casa y estoy muy orgullosa de ello.

Y después de esta explosión catártica de orgullo veterinario, estrés y odio reprimido durante los últimos meses, me voy a seguir rascando de por ahí algunas cajas de Febendazol y Amoxicilina...

Namaste!!

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