jueves, 27 de noviembre de 2014

Un poco de todo


Intentar llevar al día el blog es igual de caótico que las calles de esta ciudad. Aun así, intentamos sacar tiempo para resumir todo sin dejarnos nada, para manteneros al tanto de todo lo que ocurre.

 
Hoy hemos tenido un día muy completo; por la mañana hemos continuado por los alrededores de nuestro amado Monkey Temple, revisando algún mordisco por aquí, y alguna sarna por allá. De esta forma, nos hemos topado con una base militar en la que hay bastantes perros. Preguntando, hemos descubierto que debe haber unos 100 en todo el recinto. Para nuestra sorpresa, hemos podido entrar y vacunar a algunos, aunque no todo ha sido fácil; a nuestro fiel dogcatcher se le ha resistido nada más y nada menos que un cachorro. Pero ojo, que era un cachorro muy asilvestrado.

Con la promesa de volver mañana, nos dividimos en dos grupos para ir al KAT Centre. Unos vamos con una perra para eutanasiar , y otros con un perro al que hay que amputar un dedo.

Por suerte, la amputación se lleva a cabo sin problemas, ya que se trata del espolón (quinto dedo). Seguro que se recuperará enseguida. Respecto al otro caso, se trataba de una perrita mayor, muy delgada y deshidratada, con diarrea, una gran herida en la boca, y hasta una hernia inguinal de tamaño considerable, donde se adivinaba contenido intestinal. No hemos podido hacer nada por ella, más que darle descanso después de tanto tiempo con dolor.
 
Aprovechando, nos hemos quedado echando una mano en el KAT, ya que andan algo escasos de voluntarios (¡para que lo sepáis!) poniendo tratamientos.  De esta forma tenemos la oportunidad de conocer no sólo a los veterinarios nepalíes, sino también a veterinarios voluntarios de otras partes del mundo, como India, todos dispuestos a enseñarnos (y nosotras a aprender!).

El día siguiente volvemos a la base militar, donde volvemos a sorprendernos por toda la ayuda recibida. Desgraciadamente, el área es enorme, y es muy difícil acercarse a las manadas de perros. Por ello, decidimos vacunar a los que suelen andar entrando y saliendo, y continuamos nuestro camino.

Hoy tenemos a un nuevo dogcatcher con nosotras, que nos acompañará sólo por un día. Vacunamos una cantidad enorme de perros, pero nos damos cuenta de lo importante que es tener al lado un dogcatcher que no solamente sea bueno en su trabajo, sino también que sea alguien de confianza y al que conozcas. Pero esto también nos dio la oportunidad de aprender a ser flexibles en nuestra forma de trabajar… ¡y apreciar aún más a nuestros dogcatchers!
Por eso, como regalo especial, os enseñamos cómo trabajamos:
 
Tras un breve descanso para comer unos momos y reponer fuerzas, continuamos vacunando y viendo casos nuevos.
A la vuelta, aunque sea tarde, quedan por hacer los tratamientos de casos conocidos. Y chicos/as, no podríamos elegir el mejor momento del día porque son todos increíbles, pero la revisión de casos como este (¡en tan solo una semana!) nos hace sentir completas como profesionales y como personas.
Este es un ejemplo:
 
 
 Esta es la misma perra después de una semana con ivermectina:

 
 Pero lo más bonito no es sólo ver cómo crece el pelo, sino también cómo la perra ahora viene a jugar, se alegra de vernos, corre, salta... en fin, ¡hace vida de perro! Y cómo la gente, que ya nos conoce, nos comentan lo bien que progresa el animal y aceptan a ayudarnos con el tratamiento. ¡Así da gusto tratar perros callejeros!

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Monkey Temple


Dentro de los días buenos y mejores, ayer fue uno excepcional, porque nos fuimos a vacunar al sitio más bonito de todo Katmandú: Monkey Temple. Y es que las tres coincidimos en que es un sitio mágico, tanto de día como de noche.



Así de ilusionadas, comenzamos el día, introduciéndonos en el área del templo. Suerte que los monjes budistas nos ayudaron, ya que muchos perros son desconfiados, aunque hemos de decir que allí están muy bien cuidados; de hecho ¡todos los perros ya estaban vacunados de rabia! Pero continuamos la visita porque nunca se sabe qué clase de patología nos podemos encontrar.



No llegamos a ver los casos tan graves de TVT que habíamos visto en otra de nuestras visitas anteriores como turistas, pero sí el extraño caso de Marley, un perro pequeño con tantas rastas en el pelo que hasta le costaba caminar. Costó liberar al pobre animal de sus peludas cadenas, tanto que se formó un corrillo de gente alrededor… ¡incluyendo españoles! Y tras interesarse por nuestro proyecto, decidieron donar dinero al mismo, ¡dando ejemplo al resto! Qué orgullosas estamos de la gente de nuestra tierra.
Otro de los hándicaps de vacunar y tratar en este maravilloso lugar, es que hay que andar con mil ojos: uno para cada mono que te observa,  mientras evalúa la posibilidad de robarte la bolsa que llevas en la mano. De hecho uno intentó robarnos los microchips, pero tras dura porfía, conseguimos quedarnos con una bolsa rota y todos los microchips. Esperamos que los turistas disfrutaran con el esperpéntico espectáculo.
Cuando tenemos tanto trabajo, no hay tiempo para comer, pero sí una pausa para tomar el té; así que a orillas del templo, no sentamos. Así conocimos a Muia, una de las numerosas personas indigentes que rodean el templo. No pudimos invitarla a rosquillas, ya que a sus 90 años solo conserva un diente, pero sí a un té y un poco de compañía, que ella nos agradeció desde el alma cantándonos unas bonitas canciones.
Continuamos nuestra marcha por los alrededores del templo, en una zona con casas algo destartaladas, pero, por contra, una de las más limpias que hemos visto.

Cerca, una base militar, donde descubrimos que las ganas de ayudar no sólo es propio de los monjes.

Dentro de los casos más llamativos, está Moqui, un perro muy jovencito con un prognatismo muy marcado que le hace un poco feo pero a la vez simpático. Y, efectivamente, el nombre viene de los mocos verdes en forma de vela que nos regalo con cada estornudo sobre nuestras camisetas blancas (¡os podéis imaginar!). Con reflejo tusígeno positivo, mocos y fiebre…pobrecito, ¡pero en una semana estará genial!
Y, para sorpresa nuestra, un perro con obesidad al que cursimente pero de forma muy realista decidimos llamar Gordi (ya que 50 kgs no se los quita nadie).

Después de un día tan agotador, unos noodles picantes y para casa a descansar. Ha sido un día increíble, somos conscientes. Estamos muy felices.

Día de escuela

Shubha Prabhat (buenos días) desde el valle de Katmandú.
Uno de los pilares de este proyecto (junto con las vacunaciones, identificación por microchip, tratamientos en las calles y ABC “Animal Birth Control”) son los workshops: ir a los colegios de los alrededores de la zona. Pues como bien dice esta frase "los niños de hoy serán la población de mañana".  No solo aprenden ellos, sino también se lo comunicaran a sus padres y el día de mañana a sus hijos.



Primero contaros un poco cómo son los coles aquí: Katmandú y sus alrededores son una población muy joven, con numerosos niños de diferentes edades, pero solo aproximadamente el 60% de ellos pueden asistir al colegio. Algunos tienen que recorrer largas distancias en un solo día, pero en la mayoría de casos los coles disponen de autobuses. Afortunadamente, el índice de escolarización va en aumento, y esperemos que pronto llegue hasta las aldeas más chiquititas y rurales.
Existen dos tipos de colegios, los financiados por el gobierno (que son pocos y cuya enseñanza es muy muy mejorable) y los colegios privados, a los que solo puede acceder la población más pudiente, pero cuyo nivel es muy bueno. El idioma oficial de la mayoría de los colegios es el inglés.



Entramos rodeando el patio, y ya las caritas de sopresa y curiosidad nos saludan con un “namasté”. Algunas clases carecen de pupitres, y los niños se sientan en la moqueta del suelo a escucharnos, en otros se aprietan en sus pupitres antiguos mientras cierran los libros.  Los pasillos están pintados de colores alegres, aunque ya algo desgastados por el tiempo.


Es genial esa sensación al entrar en una clase y ver millones de caritas mirándote que te saludan cantando “welcome to our school”. 
Nos presentamos, presentamos el proyecto y qué es un veterinario, y les damos unas pocas nociones de qué es la rabia, qué hacer si un perro te muerde (lavarte durante quince minutos muy bien e ir directitos al hospital), así como también aprender a intuir la actitud del perro según su posición. 
Y utilizamos el teatro como gran herramienta para explicarnos.
Más o menos la mitad de los niños le gustan los perros, y a la otra mitad les tiene miedo. Sin embargo el porcentaje de los que han sido mordidos es muy bajo.
Para hacerlo dinámico, les pasamos unas fotos de animales en diferentes posiciones y tienen que decirnos si acercarse o no, de qué manera…

En algunas clases (las más tranquilitas), sacamos nuestros fonendos… explicamos para que sirven y ansiosos intentan escucharse el corazón.  Qué alegría ver el empeño que ponen en escuchar ese “pumpum” tarquicárdicos por la euforia.
Bea
Laura
Lorena

Para terminar les  hacemos partícipes de nuestro proyecto, para ver si pueden dar de comer y beber a los perros de sus calles. Y la mayoría, contentos dicen que sí.
Al irnos muchos nos llaman para darnos las gracias, y decirnos con esa miranda tan sincera que volvamos pronto.
En el último cole al que hemos ido, tras terminar la clase el director nos invitó al típico té nepalí “Masala”, y en su despacho estuvimos hablando de las diferencias entre ambos países.
Nos abrió las puertas de su colegio para emprender nuevos proyectos, así como participar como voluntarios dando actividades extraescolares, clases de español a distancia o presenciales.. (así que queridos lectores, si alguno tiene ilusión y ganas de enseñar, aprender y vivir algo así, quizás este puede ser un buen sitio!). Salimos del colegio muy contentas y motivadas para continuar con este gran proyecto que nos está enseñando tanto a todos los niveles….
Qué mejor manera de terminar el día que entrando a comer unos “momos”. Nos llevamos una gran sorpresa al saber que la mujer que nos atiende es hija de refugiados tibetanos, y detrás de las cuatro mesas que forman el restaurante, entramos a su casa, una pequeña habitación- taller de cinturones tibetanos. Entre sorbos de “tongba” (bebida que consiste en semillas de mijo al que se le añade agua hirviendo, y se sirve en unos vasos de metal), hablamos de la historia de Tibet, y de su situacion hoy en dia. 

¿Quién no es feliz teniendo un día así….?

viernes, 7 de noviembre de 2014

CONTINUAMOS EN EL PARAISO

DÍA 5


Hoy temprano ya estábamos otra vez peinando las calles de Katmandú. Hemos revisado los casos que vimos ayer: dar antibióticos, limpiar heridas…  juntando casos de ayer y casos nuevos.

 
Para manteneros informados, os diré que Mila, la cachorrita encontrada ayer, está muy bien (tanto que ni siquiera me deja escribir el blog, pues está ahora mismo sobre mis piernas), recién desparasitada interna y externamente.
 

Así ha transcurrido parte de la mañana, hasta que nos hemos encontrado a una perrita negra (a quien hemos bautizado como Biscuit) con una fractura en la pata posterior derecha. Desgraciadamente, no tenemos los medios para tratar una cosa así; por suerte para nosotros, no queda muy lejos el KAT Centre, donde nuestra compañera Solène la va a tratar muy bien.
 
Y sin más dilación, nos hemos dividido:

EN LA CALLE (Lorena): en cuanto se han ido mis compañeras, hemos seguido el recorrido. No ha sido nada fácil hacer las fichas de cada perro, vacunarlos y microchiparlos… ¡todo a la vez! Y es que 15 son muchos perros… pero es un orgullo absoluto haberlo logrado y poder contarlo.

También he encontrado un nuevo caso: Aamir, un perro con un grave problema en (creemos) la membrana nictitante. Sin embargo, poco se puede hacer por él de momento, excepto esperar a ver si pueden hacerle un hueco en el KAT Centre, e intentar que no tenga dolor. Pero eso tampoco es fácil, ya que son perros de la calle.

EN EL KAT CENTRE (Laura y Bea): esperamos el taxi unos minutos y ¡let´s go! Imaginaros la situación: la conducción salvaje por las calles de Katmandú donde no hay reglas, música nepalí sonando a todo trapo, ese calor sofocante mezclado con el polvo de la carretera y nosotras dos detrás con la perraza (sí, unos 25kg) sobre nuestras piernas y su fractura abierta rozando el pantalón (doloroso, ¿eh?). Tras 40 minutos, llegamos (sí Kat centre está cerca, pero las calles de aquí no  dan para más…). Tenemos varias opciones ante este caso: PTS, amputación o reducción de la fractura y esperar a ver cómo evoluciona. Con el voto de confianza siempre por delante y teniendo en cuenta que estos perros están hechos de otra masa, se opta por reducir la fractura con un vendaje Robert Jones improvisado la férula con cartones (cuando los materiales faltan, la imaginación fluye….). Ponemos el tratamiento correspondiente y en varios días os contaremos como va… Corremos el riesgo de cómo la fractura está abierta se produzca una septicemia… pero… ¡cruzamos los dedos!

 



Al dia siguiente, madrugamos para quedar con Ram, el dog cacher por excelencia, que se encarga de coger los perros de la calle para proceder a su esterilización en el KAT. Pero ¡welcome to Nepal!, no aparece… así que la función tiene que continuar. Nos separamos: Paula (la coordinadora) se va a realizar tratamientos mientras que nosotras rastreamos otra parte de los valles de Ichangu en busca de más perros para vacunar y microchipar. Poco a poco empezamos a darnos cuenta del verdadero número de perros que hay en esta ciudad.

No obstante, no todo es coser y cantar. Hay perros muy desconfiados y difíciles de tratar, por lo que hay que confiar en nuestro dogcatcher e intentar pinchar rápido. Pero esa adrenalina es sana (creemos).

Nos sentimos completas cuando vemos que poco a poco los perros empiezan a conocernos, que algunos casos van mejorando, y que la población agradece nuestro trabajo. Hoy después de vacunar a un perrete, nos lo han agradecido dándonos frutos de su huerto con una sonrisa en la cara…

Dentro de los casos que más nos han sorprendido encontramos: perro de talla pequeña con distención de metacarpos bilateral de las patas anteriores (¿posible rotura por salto?); radius curvus (que desafortunadamente cuando el perro es adulto la única solución posible es quirúrgica, así que good luck pequeño futuro artrósico!); un perro donde difícil es encontrar una zona de piel sin sarna y con estado de salud muy deteriorado (al que no hemos podido coger).

 
 
 
 
 
 
 Y para los amantes de la oftalmología hemos encontrado una antigua lesión ocular que ha cicatrizado, una malformación congénita en este pequeño pastor alemán y por último, Aamir (el perrete con conjuntivitis y posible problema en la membrana nictitante),  que por desgracia ha empeorado respecto a ayer, y no tenemos medios para evitar que esto continúe en esa dirección… Y como no podemos recurrir siempre al KAT Centre (porque ya tienen demasiados perros allí), hay que centrarse en que hacemos lo máximo que podemos, y confiar en que el animal consiga sobrepasar la enfermedad.
 


 
No os podéis imaginar la sensación que es estar vacunando en un poblado muy humilde, y que de repente aparezca unas cuantas vacas por en medio del camino…  “Desinfectarnos” con agua y tomar un maravilloso te Masala sentadas cara a cara con las abuelitas nepalís que sin hablar, con sus ojos ya te dicen “Dhanyabad” (gracias).
 
                                                                               NAMASTE

Noviembre, mes de los cachorros

A pesar de que vamos escribiendo todo lo que se nos pasa por la cabeza, a veces es difícil actualizar el blog (por el wifi, el tiempo...). Así que en ocasiones, como hoy, os podréis encontrar más de una entrada.


Día 3

Good morning nepal! Visitamos los alrededores de nuestra casa, donde podemos ver más perretes en la calle. Desde el inicio nos acompañó un peludo amigo al que hemos decido llamar “Sweet november”. Hemos podido conocer el mundo rural nepalí e incluso dar biberón a unos cabritillos, increíble la amabilidad, cariño y felicidad de esta gente!!! 


 
 Como hoy es sábado, la gente no trabaja, asique nuestra familia nos ha llevado a conocer los más importantes templos induistas/budistas del país.  Cuando entramos en Bhaktapur, parece que estas en un cuento, fue como retroceder  500 años, es difícil creer que existe algo tan diferente a lo que estamos acostumbrados a ver y tan sencillamente maravilloso. En cada esquina pensábamos, no puede haber algo aún más bonito y de repente otra impresionante plaza rodeada de templos!




 
A pies del primer templo encontramos varios perros, en los que pudimos ver TVT (tumor venero transmisible).  Es un tumor que afecta principalmente a genitales externos (tanto en machos como en hembras) y en ocasiones a otras mucosas. Se trasmite mediante la cópula y en cuya sintomatología destaca: fimosis y deformación genital acompañado de úlceras superficiales e infecciosas, exudado sanguinolento…

El tratamiento es vincristina, con una eficacia del 90-95%. Debemos destacar que es el único tumor que en animales puede curarse mediante quimioterapia. Sin embargo, el tratamiento es muy caro y en países en vías de desarrollo como Nepal, el tratamiento casi nunca es posible.

 Coincidimos en que subir las escaleras del templo y respirar hondo desde arriba ha sido una de las mejores sensaciones de nuestras vidas. Amamos Nepal!
 

                                                                              NAMASTE

Día 4

Nepal amanece soleado, cargamos mochilas y nos dirigimos a conocer a Paula, la coordinadora del proyecto. Dedicamos la mañana vacunar, poner microchips, y tratamientos. El proceso es el siguiente: recorremos las calles del valle de Ichangu, buscando a los perros. Verificamos que el perro tenga microchip y revisamos su ficha sanitaria. Si no lo tiene, vacunamos de rabia y ponemos microchip.

Haciendo la revisión general encontramos patologías tan frecuentes como la sarna (y ponemos tratamiento: ivermectina). Recordemos que es importantísimo tratarlo cuanto antes por su elevada contagiosidad… 

Y datando edad, encontramos en un peque con un papiloma.

Tenemos que decir que estamos muy sorprendidas con el comportamiento animal. Aunque los perros viven en la calle,la mayoría se acercan moviendo el rabo con ganas de afecto (que majetes!!). Por el momento no  nos hemos encontrado con ningún perro agresivo, pero muchos tienen tanto miedo que es muy difícil cogerlos, pero con ganas, cariño y un paquete de galletitas, everyting is possible!

Después de nuestra supermañana, nos dirigimos a KAT Center…  El paraíso de un veterinario perruno. Conocemos a los veterinarios del centro, Bidur y pravi, quien nos han explicado todas las instalaciones del centro: sala de curas, quirófano, jaulas para los postoperatorios, y perretes en proceso de curación. Y es impresionante la cantidad de perros que tratan, que con tan pocos medios sean capaces de ayudar tantísimo. En el pasillo había un cartel de cómo llegaron y cómo se encuentran, y la evolución es impresionante.

 Además el voto de confianza que les dan a estos peludos callejeros, pensando siempre que casi toda curación es posible, y que siempre la ultimísima opción es PTS (put o sleep).  Nepal- España, cuantas cosas que aprender el uno del otro…!!

                                                                              NAMASTE


Hoy hemos hecho algo que no debíamos: coger un cachorro de la calle. Pero claro, cuando te traen a un ser tan pequeño, mojado e indefenso en el bolsillo, cómo decir que no.

La razón principal por la que no se pueden coger cachorros es porque necesitan crecer aprendiendo a buscar la comida y evitar los peligros de las calles de Katmandú (que son muchísimos). Así que, a no ser que vayan a ser adoptados, los perros necesitan quedarse en la calle.

Sin embargo, está en casa, y después de recuperar la temperatura, comer y desparasitarse, volverá a la calle. Pero no os preocupéis, porque, a pesar de vivir libre en la calle, hay alguien que se encargará de ella.

 
Continuando con nuestra tarea, hemos llegado a una zona más humilde que en la que vivimos. La pobreza es visible, pero aun así seguimos viendo perras con camadas con un hueco calentito donde dormir y carne y arroz como comida.

 
Hemos visto diferentes casos en los que hemos podido poner a prueba nuestros conocimientos. Principalmente encontramos sarna, que solemos tratar con ivermectina, y también heridas en orejas, patas… hasta una perra con heridas provocadas por pulseras puestas hace mucho tiempo! Pero hemos podido ayudarlos, y tomar un té en la zona.

 
No muchos perros están gordos en Katmandú, pero el perro que hemos encontrado hoy estaba demasiado delgado. Por suerte para él, hemos comprado carne y además de alimentarle, hemos conseguido desparasitarlo. Sólo con eso nos hemos ganado su confianza. Este país nos sorprende cada día más.

Y después  de comer, sin más dilación, hemos partido a KAT Centre. Allí hemos descubierto cómo son las castraciones por el flanco, y las diferencias con respecto a nuestro hospital… que os contaremos otro día.

Allí hemos estado echando una mano; por ejemplo, a tratar un perro con una otitis muy fuerte, que
puede tener el tímpano roto… pero no lo sabemos ¡porque ni siquiera hay otoscopio! Así que le sedarán y harán flushing (limpieza con agua). Si la misma sale por la nariz, se confirmará el posible diagnóstico.
También hemos intentado averiguar la causa de la anemia de uno de los perros de nuestra zona que se encuentra allí: Tibet. Nuestra intención es hacer una extensión de sangre, algo muy básico que sin embargo puede revelar muchas cosas. Y si el microscopio no funciona… ¡habrá que hacer que funcione! Y todo sirve, hasta la linterna del teléfono móvil y aceite de girasol en vez de aceite de inmersión. No es lo mejor que hay, ¡pero por lo menos funciona!
¡Saludo especial para Martha!
 
Y de vuelta a casa... en microbus nepalí, por supuesto.
Con todo ello, creemos que estamos más que integrados en este país, ¡aunque aún nos queda mucho trabajo por hacer! La aventura continúa.
 
¡Seguiremos informando!
Namaste

domingo, 2 de noviembre de 2014

#RookieVets #NOVIEMBRE START....


Hola a todos: somos las Noviembres (Laura, Lore y Bea) y comenzamos a contaros desde ya mismo cómo estamos viviendo esta experiencia.

Comenzamos en el transbordo en Doha, y en concreto en las zonas “habilitadas” para dormir, donde pasamos más horas que en vuelo (14 ni más ni menos). Lo que al principio de la noche (23:00 hora local) eran unas amables tumbonas para agotados viajeros se acabaron convirtiendo en cepos humanos. En ese momento entran ganas de echarse al suelo a dormir, aunque eres consciente de que eso no va a librar del frío que, poco a poco y en el transcurso de horas, ha ido ganando terreno a la humilde pero mísera mantita que robaste del avión. Parece que los qataríes han conseguido identificar (y eliminar con todo éxito) los elementos necesarios en un asiento para alcanzar el sueño REM.
 

No es mi intención espantar al viajero ni  promover el robo de mantas en aviones, sino poner de manifiesto una realidad que al menos en ese aeropuerto pasa muy despacio.

Finalmente, conseguimos ver desde el avión Katmandú. Creo que la única palabra para poder describir lo que sentimos es “abrumador”.



PRIMER DÍA EN KATMANDÚ.... LA AVENTURA COMIENZA

Segundos antes de llegar, ya pudimos ver desde lejos la cuna del montañismo. Esas montañas blancas con las que cualquier persona ha soñado alguna vez. Los picos, vestidos de nieve, se confundían con las nubes…. Ya nos sentíamos tan bien…!

 
Llegamos al aeropuerto de Katmandú… primer choque cultural. Aquel arco que en barajas es tan restringido, aquí suena, y mucho, pero pasa todo el mundo sin que nadie te pare y te registre…   y al salir, vemos a nuestro futuro “hermano”. Llegamos  a casa, y nos encontramos a nuestros octubres, y a esa maravillosa familia que ya se ha ganado nuestro cariño…

De camino a casa pudimos ver la razón por la que estamos aquí, los perros a los lados de las carreteras, monos subidos en balcones, terneritos por las calles…

SEGUNDO DÍA EN ESTE PARAISO.....

Siguiente día, despertamos, aquí los días comienzan  a las 5 de la mañana. Rupesh (nuestro “hermano”) nos anuncia que tenemos nuestro primer caso: perro, mordido hace dos días, con herida en la oreja. Aah que emoción! Cargamos mochilas vet.  Perro de las montañas, herida poco profunda pero con pus, buen comportamiento…  Curamos, ponemos tratamiento y la familia nos da el agradecimiento dándonos un gran aperitivo nepalí.


Por la tarde visitamos Thamel, la zona de compras de Katmandú. Colores, olores, y objetos maravillosos que no puedes resistirte a comprar se clava en nuestras retinas. Luego, plaza del templo de Budda… que decir de esta imagen tan típica, que en persona es mejor. Sus grandes “prayer wheels” que mueves mientras rezas, las estatuas y sus cabezas rojas de los tikkas que la gente pone con cariño.
 
Y luego…. Monkey temple! Ese lugar en el que las tres coincidimos en sentimiento, queremos llorar de la alegría que sentimos, o como se dice aquí “Atma santusti”. Las banderitas de colores adornan el cielo, los templos, los monkeys for everywhere. No hay lugar más bonito en el mundo… y para terminar el día tomar unos tés en una terraza desde donde se ve Katmandú, todo está tan oscuro que las luces de la ciudad parecen estrellas.