jueves, 27 de noviembre de 2014

Un poco de todo


Intentar llevar al día el blog es igual de caótico que las calles de esta ciudad. Aun así, intentamos sacar tiempo para resumir todo sin dejarnos nada, para manteneros al tanto de todo lo que ocurre.

 
Hoy hemos tenido un día muy completo; por la mañana hemos continuado por los alrededores de nuestro amado Monkey Temple, revisando algún mordisco por aquí, y alguna sarna por allá. De esta forma, nos hemos topado con una base militar en la que hay bastantes perros. Preguntando, hemos descubierto que debe haber unos 100 en todo el recinto. Para nuestra sorpresa, hemos podido entrar y vacunar a algunos, aunque no todo ha sido fácil; a nuestro fiel dogcatcher se le ha resistido nada más y nada menos que un cachorro. Pero ojo, que era un cachorro muy asilvestrado.

Con la promesa de volver mañana, nos dividimos en dos grupos para ir al KAT Centre. Unos vamos con una perra para eutanasiar , y otros con un perro al que hay que amputar un dedo.

Por suerte, la amputación se lleva a cabo sin problemas, ya que se trata del espolón (quinto dedo). Seguro que se recuperará enseguida. Respecto al otro caso, se trataba de una perrita mayor, muy delgada y deshidratada, con diarrea, una gran herida en la boca, y hasta una hernia inguinal de tamaño considerable, donde se adivinaba contenido intestinal. No hemos podido hacer nada por ella, más que darle descanso después de tanto tiempo con dolor.
 
Aprovechando, nos hemos quedado echando una mano en el KAT, ya que andan algo escasos de voluntarios (¡para que lo sepáis!) poniendo tratamientos.  De esta forma tenemos la oportunidad de conocer no sólo a los veterinarios nepalíes, sino también a veterinarios voluntarios de otras partes del mundo, como India, todos dispuestos a enseñarnos (y nosotras a aprender!).

El día siguiente volvemos a la base militar, donde volvemos a sorprendernos por toda la ayuda recibida. Desgraciadamente, el área es enorme, y es muy difícil acercarse a las manadas de perros. Por ello, decidimos vacunar a los que suelen andar entrando y saliendo, y continuamos nuestro camino.

Hoy tenemos a un nuevo dogcatcher con nosotras, que nos acompañará sólo por un día. Vacunamos una cantidad enorme de perros, pero nos damos cuenta de lo importante que es tener al lado un dogcatcher que no solamente sea bueno en su trabajo, sino también que sea alguien de confianza y al que conozcas. Pero esto también nos dio la oportunidad de aprender a ser flexibles en nuestra forma de trabajar… ¡y apreciar aún más a nuestros dogcatchers!
Por eso, como regalo especial, os enseñamos cómo trabajamos:
 
Tras un breve descanso para comer unos momos y reponer fuerzas, continuamos vacunando y viendo casos nuevos.
A la vuelta, aunque sea tarde, quedan por hacer los tratamientos de casos conocidos. Y chicos/as, no podríamos elegir el mejor momento del día porque son todos increíbles, pero la revisión de casos como este (¡en tan solo una semana!) nos hace sentir completas como profesionales y como personas.
Este es un ejemplo:
 
 
 Esta es la misma perra después de una semana con ivermectina:

 
 Pero lo más bonito no es sólo ver cómo crece el pelo, sino también cómo la perra ahora viene a jugar, se alegra de vernos, corre, salta... en fin, ¡hace vida de perro! Y cómo la gente, que ya nos conoce, nos comentan lo bien que progresa el animal y aceptan a ayudarnos con el tratamiento. ¡Así da gusto tratar perros callejeros!

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