Pokhara&Chitwan

Lago Fewa

Hemos vuelto. Sanos y salvos. Picados de mosquitos hasta en las corvas de las rodillas y las cejas, pero a salvo. Han sido cuatro días duros... Porque en total estuvimos en un "bus" (utilizo comillas porque se las merece) una 22 horas... 22 horas de baches, frenazos, riscos y barrancos, americanos y chinas-Dolores que se te quedan dormidas en el hombro... En fin! Pero al fin llegamos después de 8h a Pokhara.

Davi's Fall

Pokhara, Lago Fewa

Chitwan

Después de 2 días en Kathmandú, ir a Pokhara sabe a oasis... de agua caliente! Calor y humedad y bichejos everywhere! Pero un paisaje espectacular, rodeado del Lago Fewa, con un montón de casitas bajas, hippies costrosos y un aire que se deja respirar, no como aquí. En realidad es una ciudad de hacer deportes de aventura... Para nosotros el deporte fue subirnos a una barca con otras 7 personas y el "gondolero" para que nos llevase a un templito al otro lado del lago... Con el tamaño de las carpas que hay en ese lago también se considera deporte de riesgo caer al agua (aún así metimos los pies!) Tuvimos mucha suerte y despejó para poder ver el Amadablam desde la calle principal... Entre regateo y regateo de paquete vacacional "Soy guiri y me gusto" de una noche y dos días en la Selva, Chitwan... Así que nos montamos aguerridos en nuestro bus, después de una noche animadísima con un montón de amigos... Que si un gecko, que si una cucaracha de tamaño trailer, mosquitos por doquier... Pulgas en mi sábana todavía! En fin... Todo lo aderezas con el típico corte de luz nepalés y queda mucho más curioso! Pero el hotel estaba bien... qué coño! Las vistas del lago era una maravilla a las 5.30 de la mañana... cuando el sol te despierta y no hay manera de volver a dormir...

P**** hormigas!

Total, que nos montamos en un bus a Chitwan. La palabra es "sudada". ¡Qué sudada! Yo creo que jamás en la vida sudé tantísimo... Tampoco me había mordido una hormiga rubia... La cosa es innovar! Fuimos a pasear a la jungla... Así, un poco. Al poblado Taru... A ver los elefantes... Es una triste realidad, pero los elefantes no está en libertad, trabajan para los Taru y de paso para los turistas que trabajamos para los Taru. Esto es así. Trabados de patas a un palo... Ellos dicen que están acostumbrados, pero uno también se acostumbra a sufrir! Y paseando entre las hierbas, esquivando libélulas del tamaño de un Seaking y sudando (eso ya lo dije?), sudando hasta límites insospechados y por sitios extraños, llegamos al río, a ver el atardecer. El sunset que lo llaman. Cuantos atardeceres habéis visto en vuestra vida? Porque vivido vivisteis todos y cada uno de los días que vivisteis, pero sin pararos... Es curioso que tengamos que pagar para ver algo tan gratuito y majestoso como el sol dejándose a morir y vertiendo sus colores sobre el horizonte... Convirtiendo todo lo demás en una silueta oscura teñida de rojo...

Sunset

Y después de eso? Corriendo! Corriendo porque el guía nos llevaba a paso de Legionario cuando nosotros necesitábamos ir a paso de Regular... (si, la organización de nuestro hotel en cuanto a horarios, comidas y tiempos reglamentarios para no ahogarte con el arroz no estaban bien estipulados... digamos que no tenían claro la diferencia entre comer y engullir y que la coordinación entre el staff era preocupantemente mala!) Cenamos y nos fuimos a ver a los Taru. Los Taru son guerreros de la selva que bailan con palos, instrumentos ceremoniales y kariokas de fuego. Se conoce que en Nepal todo el mundo puede matar a otro con un palo o un cuchillo. No les hace falta más. Ya sean Tarus o Gorkhas se lían a repartir y se quedan solos... Estos yo creo que no, que era más una coreografía a lo Flash Dance... pero estuvo curioso... Como todo en Nepal, con un poco de marketing y perfomance ganaría el doble de magia y de dinero... Pero no nos podemos olvidar de dónde estamos.

Y la semana que nos queda?! Kathmandú. No se muy bien donde llevarlos, pero algo se me ocurrirá. Muchas veces me olvido de que cuando te bajas del avión el sr Desconcierto y su amigo americano mr Shock te agarran de los hombros y te curten los carrillos a bofetadas. Es un país demasiado diferente y, casi seguro, imposible de entender para un occidental. Yo me dejé llevar porque veía que todos los demás voluntarios seguían vivos después de meses y estaban tan felices... 100.000 millones de moscas no pueden equivocarse! (por cultura general terminaré el refrán: Comamos mierda!) Pero reconozco que es un lugar que tiene que encantarte por sus propios medios, si no es imposible que te olvides de todo lo terrible que ves a cada paso. Ayer cenamos con un catalán que está de voluntario con las Calcutas en la residencia de ancianos cercana a Pasupathi. Eso es valor... 200 ancianos sin tener donde caerse muertos en un patio sin habitaciones durante el resto de sus días. Creo que yo ni podría intentarlo... A cada cual que cruzamos aparece uno más valiente para plantarse solo en Kathmandú de aquella manera.

Rino!

A lo mejor mi padre tiene razón y he cambiado, lo de a mejor o a peor, habrá que verlo. Me encanta estar aquí, pero sí es verdad que cuando les he visto aparecer he sentido como que todo lo que he vivido aquí ha sido más duro de lo que quería recordar. Para mí tener las piernas llenas de picaduras de pulgas, heridas por todas partes, mordiscos, golpes y morados no tuvo mayor importancia hasta que vi su cara de preocupación. Fue un alivio contarles que solo me quedaba una dosis de la vacuna de la rabia y que estaba bien... Hecho de menos cosas estúpidas como tomarme un café de 1,35euros en el Ipanema de al lado de mi casa... No es fundamental, no me va a hacer mejor persona y posiblemente no me aporte ni la mitad de lo que he aprendido trabajando 5semanas en Kat Centre y viviendo aquí todos los días, pero me apetece. Tu casa siempre es tu casa y tus costumbres, las que tu instinto quiere cumplir. Va llegando el momento de volver a casa...

Intentaremos aprovechar estos 6 días hasta cansarnos! Seguiremos informando!!!

Namaste!